Brexit, término que significa «salida británica», se refiere a la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Este acontecimiento no sólo remodeló la política británica, sino que también influyó en la dinámica mundial. En este artículo, exploramos los orígenes, razones, proceso e impacto del Brexit, ofreciendo una mejor comprensión de su significado.
Relación Reino Unido-UE
El Reino Unido ingresó en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1973, más tarde conocida como Unión Europea. A lo largo de las décadas, la relación entre el Reino Unido y la UE se volvió tensa, impulsada por desacuerdos sobre la soberanía y las políticas.
El euroescepticismo, o escepticismo ante la integración en la UE, fue ganando terreno, lo que dio lugar a peticiones de renegociación y, finalmente, a un referéndum en 1975. El 67,2% de los votantes aceptaron permanecer en la CEE.
El referéndum de 2016
Las tensiones políticas se intensificaron en los años que llevaron, muchos años después, a 2016. En medio del creciente descontento público, el primer ministro David Cameron prometió un referéndum sobre la pertenencia a la UE. Esta promesa pretendía abordar las divisiones dentro de su Partido Conservador y apaciguar a los votantes descontentos con las políticas de la UE. El referéndum, celebrado el 23 de junio de 2016, se convirtió en un punto de inflexión en la historia británica moderna.
Las campañas del referéndum fueron polarizantes y apasionadas. La campaña del «Leave» hizo hincapié en recuperar la soberanía y controlar la inmigración, apelando a los sentimientos nacionalistas.
Mientras tanto, la campaña por la permanencia destacaba la estabilidad económica, las ventajas comerciales y los riesgos del aislamiento.
«La campaña del ‘Leave’ estaba dividida», describió el profesor Paul Whitely, del Departamento de Gobierno de la Universidad de Essex.
«Tuvimos la campaña oficial dirigida por Boris Johnson, que galvanizó a la parte del electorado que se consideraba respetable y conservadora», continuó.
«Luego tuvimos la campaña popular más extraoficial dirigida por Nigel Farage, que pareció galvanizar a los que se sentían abandonados, dando paso al movimiento populista».
En el referéndum británico de 2016 o referéndum del Brexit se preguntó a los votantes si deseaban que el Reino Unido permaneciera o abandonara la UE. Finalmente, se impuso el bando del «Leave», que obtuvo el 52% de los votos frente al 48% del «Remain».
El 51,9% (17,4 millones de votos) estaban a favor de abandonar la UE, mientras que el 48% (16,1 millones de votos) deseaban permanecer con la UE. Concretamente, había un fuerte sentimiento de «abandonar la UE» en Nueva Inglaterra y Gales, mientras que los votantes de Escocia e Irlanda del Norte deseaban permanecer con la UE.
El Reino Unido vota a favor de la salida
Varios factores influyeron en el voto del «Leave». En primer lugar, las preocupaciones económicas eran primordiales. Muchos votantes creían que la pertenencia a la UE exigía contribuciones financieras excesivas, argumentando que esos fondos podrían beneficiar a las prioridades nacionales. En segundo lugar, la soberanía era una cuestión importante. Los críticos consideraban que las leyes de la UE socavaban la independencia legislativa del Reino Unido.
Además, la preocupación por la inmigración alimentó el descontento público. Las normas de la UE sobre libre circulación provocaron un aumento de la inmigración, que algunos asociaron a la presión sobre los servicios públicos.
La desinformación también desempeñó un papel, y las promesas de campaña -como redirigir 350 millones de libras esterlinas de fondos semanales al Servicio Nacional de Salud (SNS)- resultaron engañosas.
La Autoridad Estadística del Reino Unido calificó la cifra de «engañosa» y de mala representación de los vínculos financieros del Reino Unido con la UE. Concretamente, la afirmación no tenía en cuenta el descuento que se concedía al Reino Unido. La cantidad real se acercaba más a los 250 millones de GBP semanales.
El profesor Whitely también señaló que el Reino Unido no experimentó un impulso económico significativo tras su adhesión a la UE en 1973.
«Aunque apreciamos la diferencia entre entrar y salir, pensamos que si entrar en la UE no supuso una gran diferencia para nuestro crecimiento económico, salir no debería ser tan malo como nos dicen», expresó.
En conjunto, estos factores crearon un argumento sólido para abandonar la UE.
El proceso de retirada
Tras el referéndum, el Reino Unido inició su proceso de retirada en virtud del Artículo 50 del Tratado de Lisboa. El Artículo 50, que entró en vigor en 2009, describe el proceso legal para que un Estado miembro abandone voluntariamente la Unión Europea.
El artículo 50 contiene tres disposiciones fundamentales. En primer lugar, un Estado miembro debe notificar a la UE su intención de abandonar la UE, y a continuación debe negociarse un acuerdo de retirada que cubra las condiciones de salida y las relaciones futuras. Por último, el proceso debe completarse en un plazo de dos años a partir de la notificación. Este proceso puede prorrogarse si todos los Estados miembros acuerdan ampliar el plazo.
Esto formalizó la salida e inició las negociaciones entre el Reino Unido y la UE. Las conversaciones se centraron en los acuerdos comerciales, los derechos de los ciudadanos y los acuerdos fronterizos, sobre todo en relación con Irlanda del Norte. El proceso sufrió retrasos y agitación política, incluidos dos cambios en el liderazgo del primer ministro.
El Reino Unido abandonó oficialmente la UE el 31 de enero de 2020. Sin embargo, siguió un periodo de transición que permitió a ambas partes ajustar y ultimar los acuerdos. Este periodo finalizó el 31 de diciembre de 2020, con un nuevo acuerdo comercial que configurará las relaciones futuras.
Impacto en el Reino Unido
El impacto del Brexit ha sido profundo y polifacético. Desde el punto de vista económico, el Reino Unido se enfrentó a desafíos, como la interrupción del comercio y la reducción de las inversiones procedentes de los países de la UE. Según la London School of Economics, las exportaciones de productos británicos a la UE cayeron un 6,4% en 2022.
Además, las empresas también tuvieron que sortear nuevos procedimientos aduaneros, lo que provocó retrasos y mayores costes. Las nuevas barreras comerciales perjudicaron más a las pequeñas empresas, haciendo que el 14% dejara de exportar a la UE.Debido al Brexit, el Reino Unido tuvo que abandonar el Mercado Único Europeo o Mercado Interior. La salida del Reino Unido trajo consigo nuevas barreras comerciales con la UE, así como un descenso de los volúmenes comerciales con la UE. Los consumidores de la UE pagan una media del 17% más por encima de los precios mundiales de los alimentos.
Además, el Reino Unido ha experimentado el ritmo de crecimiento más lento en comparación con otros países del G7. Estos están formados por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón.
Políticamente, el Brexit reconfiguró el panorama interno y externo del Reino Unido. En el ámbito nacional, puso de manifiesto las divisiones entre regiones y grupos políticos. Internacionalmente, el Reino Unido tuvo que redefinir sus relaciones, negociando acuerdos comerciales de forma independiente. Socialmente, el Brexit alteró la vida de millones de personas, sobre todo de ciudadanos de la UE que vivían en el Reino Unido y de ciudadanos británicos que residían en la UE.
En el ámbito social, el Brexit ha provocado un descenso de la inmigración procedente de los Estados miembros de la UE. Como consecuencia, ha afectado a diversos sectores, como la sanidad, la enseñanza superior y la agricultura.
El Protocolo de las Islas del Norte
En la actualidad, la relación entre el Reino Unido y la UE sigue evolucionando. Ambas partes están trabajando para resolver cuestiones pendientes, como el Protocolo sobre Irlanda del Norte. Este marco aborda cuestiones surgidas a raíz del Brexit, en particular las relativas a la frontera irlandesa. El protocolo también pretende evitar una frontera dura en Irlanda, y se adhiere al Acuerdo del Viernes Santo de 1998.
El Acuerdo de Viernes Santo, también conocido como Acuerdo de Belfast, es un acuerdo de paz que se firmó el 10 de abril de 1998. Pretendía poner fin a muchos años de disturbios en Irlanda del Norte, o «Los Problemas», que persistían entre unionistas/lealistas y nacionalistas/republicanos.
Debido al Brexit, las empresas de Gran Bretaña y de las Islas del Norte tienen que hacer frente a mayores requisitos de documentación y declaraciones aduaneras para trasladar mercancías.
Perspectivas de futuro
De cara al futuro, los efectos a largo plazo del Brexit siguen siendo inciertos. Mientras los partidarios proyectan un Reino Unido próspero e independiente, los críticos han advertido de continuos retos económicos y políticos.
En general, el Brexit reflejó profundas divisiones sociales y políticas. Demostró las complejidades de equilibrar la soberanía nacional con la cooperación mundial. Como el Reino Unido funciona fuera de la UE, sus decisiones darán forma a su futuro y ofrecerán lecciones a otras naciones.
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